EL DESCANSO DE DIOS PARA EL CANSADO

¿Cuántas veces has expresado que estas cansado de la situación en la que vives? Crees que todas las puertas se te cierran, no encuentras la solución a tus problemas, has pensado en correr por la situación en la que atraviesas, todo lo que emprendes te ha salido mal y tal vez estas cansado de tantos fracasos; a lo mejor crees que nadie te comprende por lo que estás viviendo o tal vez tu relación matrimonial esta dañada o la relación con tus hijos es pésima o tienes algún problema difícil en tu trabajo; a lo mejor estas cansado de tantas deudas, o no encuentras un remedio para tu enfermedad; aún las situaciones pequeñas te alteran y el estrés es parte ya de tu vida. Hermano, considera que tu vida tiene valor, a pesar de la situación que pasas, te has detenido un momento y te has preguntado ¿habrá algo que pudiera cambiar el sentido de mi vida, que en lugar de estar cansado y estresado encuentre esa paz interior, que en lugar de vivir preocupado viva confiado y que mi situación cambiará favorablemente? Claro que sí, tenemos un amigo fiel en quién confiar que desea darnos el descanso para nuestra alma, y darle sentido a nuestra vida, es JESÚS y te dice: Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga (Mateo 11:28-30). Descansa en Dios y ya no veras más tu situación como un gigante que te agobia siempre, sino que veras al Poderoso de Israel de tu lado, dándote consuelo, ánimo y las fuerzas necesarias para seguir adelante, no te dejes vencer, eso quiere el diablo vernos débiles y sin ganas de vivir, pero a pesar de nuestras debilidades somos fuertes en Cristo, ríete de la situación y con gozo alaba a Dios, como lo experimentó el apóstol Pablo: Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte (2 Corintios 12:10). Además, fortalécete en el Señor y toma nuevas fuerzas, como nos dice, Efesios 6:10 y 11 Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.

Aunque tus fuerzas fallen y no tengas ánimo para continuar, nos da la palabra de Dios una promesa para ti y para mí: pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán (Isaías 40:31). Recuerda que Dios da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.

Saludos cordiales, bendiciones

Maná para Eben-ezer

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