lunes, mayo 02, 2011

MUJERES INTERCESORAS

Aquella mujer llamada Abigail se arriesgaba a pasar por alto la autoridad de su casa, tomó el lugar que le correspondía a su esposo y sin previo aviso, hizo lo que tuvo que hacer sin importar el orden social o el qué dirían. No se detuvo. Ella al ver la necesidad en la cual se estaba enfrentando y al saber que su esposo era un hombre perverso e insensato, salió de su casa en busca de clemencia.

David necesitaba ayuda de las tierras de Nabal, esposo de Abigail. Él pensó que Nabal accedería ayudarle puesto que tiempo anterior, David había ayudado a sus siervos en todo lo que ellos necesitaron y como respuesta a ese favor, David pedía proviciones y comida. Mas Nabal no quiso ayudarles. David al saber esto, como hombre de guerra, quiso tomar venganza por su propia mano, y había determinado destruir las tierras de Nabal y no dejar vivo a ningún varón.

Abigail era una mujer de buen entendimiento y de hermosa apariencia (vers.3) Al darse cuenta de lo que estaba por venir, se apresuró a encontrarse con David para pedir misericordia y explicarle todo lo que había pasado. No sólo fue sin nada, sino que llevó aquello que David había pedido primeramente a Nabal, presentes y comida. Al explicarle, rogarle y postrarse ante los pies de David, David se dio cuenta que Dios lo había librado de hacer justicia por su propia mano, de derramar sangre inocente (pues había dicho que no quedaría con vida un sólo varón) y honró a esta mujer a pesar que era una ofensa que una mujer saliese a hablar con un hombre y llegar así tan abruptamente, mientras David se dirigía hacia aquella posesión para derribarla. David la escuchó, y reconoció que Dios la había enviado, que lo había librado de hacer el mal, de tomar venganza por su propia mano y tuvo respeto hacia Abigail (vers. 35), una mujer que no importando el orden social hizo lo que tuvo que hacer, hizo lo correcto pese a las circunstancias sociales e intercedió por su posesión.

A veces como mujeres nos podremos sentir así, nos podremos subestimar o dejar que otros nos subestimen. Pero Dios también usa a las mujeres como medio de salvación e intercesión. Dios también nos honra. Cuando Dios nos indique que tenemos que hacer alguna acción, hablar, ir, tocar, intercerder, y que tengamos que pasar obstáculos para hacerlo, para que ÉL pueda ser glorificado, no dudemos en hacerlo, porque así como ella se arriesgaba a que David la despidiese por aquella ofensa, David reconoció su razonamiento y entendimiento, y que Dios la había enviado, y salvó muchas vidas gracias a eso. No dudemos, no dudemos cuando tengamos que hacer algo para Dios, porque ÉL nos respalda. Amén.

Saludos cordiales, bendiciones


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