Amar a Dios es toda una extensión de significado. Amar a Dios es tal profundidad, que cuando creemos que hemos llegado al máximo nivel, siempre hay más. Uno nunca sabe hasta dónde es capaz de llegar por Dios y de hacer las cosas para Dios hasta que vivimos en ese Amor con Él y en esa relación con Él. Cuando hay tal comunión, nuestra alma desborda desde lo más profundo y exclama: "Tú eres mi TODO, Eres SUFICIENTE" y cuando uno exclama esas palabras, añade:
"Por lo tanto, guardaré Tus palabras"
"Lo haré porque eres TODO para mí, porque fuera de Ti no hay bien en la tierra"
"Te Amo de tal manera que no encuentro reposo para mi alma si no es CONTIGO (salmos 62)"
"Estaría perdido si no te conociera"
Esto incluso, hace referencia que aún cuando todo pareciera contrario, Dios es nuestra porción y de ÉL vendrá la salvación y nuestra heredad. Esto demuestra una DEPENDENCIA TOTAL hacia nuestro Dios y una convicción sumamente arraigada para enfrentar cualquier argumento contrario del enemigo; pues en dado caso que nos encontremos en prueba o dificultad, si somos capaces de expresar sinceramente estas palabras: "Mi porción es Jehová; he dicho que guardaré Tus palabras", habremos alcanzado la madurez espiritual que Dios quiere, porque entonces estaremos poniendo a Dios en PRIMER LUGAR y estaremos basándonos SOLAMENTE en Su Palabra y en Sus justos juicios, creyendo más en el poder de Dios que en nuestras fuerzas o conocimientos; estaremos poniendo en práctica lo que ÉL dice, que aunque se confronte con los argumentos humanos, Su Palabra siempre es Verdad. Es difícil luchar contra la naturaleza humana, dígamelo a mí. Pero Dios no es un Dios de carne, sino Espíritu; y por eso, hay que buscarle en espíritu y en verdad, porque al lograrlo, fácilmente podremos gozarnos en esta grande y preciosa certeza: "Mi porción es Jehová; he dicho que guardaré Tus palabras".
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
Templo Cristiano Eben-ezer
ebenezertemplocristiano2009@gmail.com
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