jueves, marzo 04, 2010

MISIÓN DE JESÚS


La vida en abundancia en referencia a la cual Jesús concreta su misión de Buen pastor, (Yo son el Buen Pastor… el buen pastor da su vida por sus ovejas –Juan 10:7-16) no es exclusivamente la vida eterna, es una vida plena, “una vida completa y con propósito”
Este cometido de dar vida la realiza Jesús por las palabras, los gestos, la entrega de su propia vida en la cruz. (Yo doy mi vida para recobrarla. Nadie me la quita, sino que la doy por mí mismo -Juan 10:17-18) las señales que Jesús nos manifestó, se refieren directamente a la Vida, el sanar de los enfermos y la resurrección de los muertos; definitivamente Jesús fue enviado a comunicarnos la Vida, no una cualquiera, sino una sobrada, una Vida en abundancia. (Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Juan 11:25)

La vida en abundancia abarca todo nuestro ser, (cuerpo, alma y espíritu) supone la salud y el sustento del cuerpo, la formación de nuestra inteligencia y de nuestra voluntad, y el progresivo crecimiento en la fe. Representa vivir en Dios por gracia e ir creciendo continuamente en santidad.

Una vida abundante refleja la misión de Cristo en nuestras vidas, llenándonos de vida para compartir con los demás, enseña a caminar de la mano y en profunda relación con el Padre, hacia la esperanza de la vida eterna y sin falta de algún bien.
Para tener una vida plena, con propósito, una vida feliz y perpetua, solo hace falta conocer la vida, creerle a la vida y aceptar la vida que Jesús nos regalo en la cruz. (Juan 11:25)
No hay porque agonizar, ni vivir anémicamente, animémonos a disfrutar de una mayor vitalidad, a ponerle vida a la vida, la vida en Cristo se traduce en gozo y fortaleza.


He aquí el ojo de Jehová sobre los que le temen, sobre los que esperan en su misericordia, para librar sus almas de la muerte, y para darles vida en tiempo de hambre.
Oh Jehová, hiciste subir mi alma del Seol; Me diste vida, para que no descendiese a la sepultura, has cambiado mi lamento en baile; desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría.
Por tanto, a ti cantaré, gloria mía, y no estaré callado, Jehová Dios mío, te alabaré para siempre. (Salmos 33:18-19 y 30:3,11-12)


Saludos cordiales, bendiciones
Templo Cristiano Eben-ezer | ebenezertemplocristiano2009@gmail.com

Arturo Gómez Garza
Pastor Eben-ezer
arturo_gomezgza@hotmail.com | Tel. 81-35-32-01

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