Nuestra base Bíblica nos habla del testimonio de un rey llamado Nabucodonosor; que por la altivez de su corazón no dio gloria a Dios en su momento, creyó que todo lo que tenía le pertenecía y lo había logrado gracias a su fuerza. Daniel 4:30,31 dice: ¿No es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué para casa real con la fuerza de mi poder y para gloria de mi majestad? Aún estaba la palabra en la boca del rey, cuando vino una voz del cielo: A ti se te dice, rey Nabucodonosor: El reino ha sido quitado de ti; y fue echado de entre los hombres con las bestias del campo y comió hierba como los animales hasta que reconoció el dominio que El Altísimo tiene entre el reino los hombres y lo da a quien quiere.
Cuando compartimos con la Iglesia, con la familia, con los
compañeros de escuela o trabajo lo que Dios ha hecho en nuestras vidas; estamos
dando gloria a Dios, reconociendo que Él es hacedor de maravillas; pero también
alentamos la fe de aquel que necesita de Dios. Recuerda que toda buena dádiva y
todo don perfecto viene del Padre de las luces (Santiago 1:17) No dudes en
testificar lo que Cristo ha hecho en ti.
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
Templo Cristiano Eben-ezer
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