Cuando Dios promete, cumple. Aunque nosotros ya no estemos en vida afortunadamente el vive y como el es el que bendice a nosotros nos toca creer y recibir. Y si acaso no recibiéramos en esta vida, lo harán nuestros hijos.
Conocí a una hermana que partió con el Señor hace ya varios años y aun en su vejéz su petición era que sus hijos fueran salvos porque no todos lo eran. Murió la hermana y no los vio salvos, pero al tiempo algunos de ellos se acercaron a Cristo, aún faltan otros pero sé que algún día lo harán. La hermana creyó a la promesa de que seria salva ella y su casa y aunque en vida no lo vio Dios está cumpliendo Su palabra.
Hermanos y amigos la bendición mas grande de parte de Dios para nuestros hijos es que sean salvos. Sigamos orando hasta que lo vean, aunque no lo alcancemos a ver y las familias que ya están en Cristo agradezcamos a Dios porque nos ha dado lo más grande bendición: la salvación de nuestras almas por Cristo
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Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
Templo Cristiano Eben-ezer
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