Cada uno temerá a su madre y a su padre, y mis días de reposo guardaréis. Este temor no es más que el respeto que los hijos deben de dar a sus padres y con más razón honrarlos en obediencia a la palabra de Dios. Honrar a tus padres, trae consigo una promesa de bendición, tus días serán alargados en la tierra y todo te saldrá bien, como lo dice Deuteronomio 5:16: Honra a tu padre y a tu madre, como Jehová tu Dios te ha mandado, para que sean prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra que Jehová tu Dios te da.
¿Para ti qué es honrar a los padres?, ¿Es ignorarlos o contestar mal cuando nos dan un consejo? ¿Es olvidarlos y ni siquiera hacerles una llamada? ¿Es mortificarlos por nuestros líos? ¿Es ser desobedientes cuando nos encargan algo? ¿Es avergonzarte de ellos delante de tus amigos o tus amistades?, Claro que no, la palabra de Dios nos muestra un principio que debemos seguir como hijos: Que seamos piadosos con nuestra familia y recompensemos a nuestros padres; porque esto es lo bueno y agradable delante de Dios (1a de Timoteo 5:4); Nuestros padres nos han brindado muchas cosas incondicionalmente, y si aún no me dieren, por obediencia a Dios debo de honrarlos. ¿Qué debo hacer para recompensar a mis padres? visítelos (conviva con ellos, no visita de doctor), atiéndalos más aún si están enfermos (hágalo con amor, no como una carga), ayúdelos económicamente o con una despensa (déselos de corazón, no de lo que le sobre), llámeles por teléfono (dese cuenta como están) y si vive cerca de ellos invítelos a comer, a su casa o algún restaurant (dese tiempo). Tal vez algunos hijos dirán, mis padres no merecen mi ayuda ni mi compasión porque en los momentos que más los necesité me abandonaron y cuando me disciplinaron no fue la forma más correcta y me hicieron mucho daño. Pero tú, ya no cargues más con ese dolor o rencor que existe en tu corazón, ven a Jesús, Él quiere sanar tus heridas, Él te recibe con sus brazos abiertos y quiere perdonarte no importando cuál sea tu condición, Él te recibe con amor y misericordia. El Señor te da ese amor que necesitas para perdonar a tus padres; hónralos y veras la promesa de Dios cumplida en ti.
No debemos pasar por alto honrar a nuestros ancianos, como son los abuelos, e incluyo a padres y suegros que por su edad lo son. Hay que tener respeto a sus canas y honrarlos con nuestro cuidado y amor, con nuestra ayuda y atención y con nuestro apoyo financiero, ya que la mayoría de ellos no se pueden valer por sí mismos, hacedlo todo por obediencia y amor a Dios, como nos dice en Levítico 19:32 Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás temor. Yo Jehová. Enseñemos estos principios a nuestros hijos y que ellos aprendan a obedecer a Dios, honrando a sus padres, así como respetando a sus abuelos paternos y abuelos maternos.
Como siempre nos ha dicho mi madre, “Cuando quieran ayudar a sus padres, háganlo en vida, no cuando ya no los tengan”. Si aún tienes a tus padres con vida, ¡hónralos hoy!, que ellos se sientan halagados y bendecidos por ti.
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
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