Tener hijos es prueba de la misericordia de Dios para nosotros, aun siendo nada perfectos, Dios nos regala la responsabilidad de educar a un pequeñito tierno e inocente. La responsabilidad de la futura sociedad recae sobre los hombros los padres. ¿Usted como cree que será? ¿Cómo ves a las futuras generaciones? La respuesta es simple, mira atentamente como estamos educando a nuestros hijos. Los hijos aprenden de los padres, es así de simple, lo que usted hace hoy, lo hará su hijo mañana. Lo que usted conciente hoy, para su hijo será muy natural cuando crezca. Definitivamente hay aspectos no tan atractivos en la crianza de los hijos, como lo es el ejemplo y la disciplina, pero sin importar lo pesadas que puedan estas tareas, ser deben realizar y atender con celo y cautela por que de ellas depende el resultado del crecimiento de nuestros hijos. Salomón escribe en Proverbios (4:1-4) Oíd, hijos, la enseñanza de un padre, Y estad atentos, para que conozcáis cordura. Porque os doy buena enseñanza; No desamparéis mi ley. Porque yo también fui hijo de mi padre… y él me enseñaba, y me decía: Retenga tu corazón mis razones, Guarda mis mandamientos, y vivirás.
Lo mismo que su padre enseño, instruyo en sus hijos; no solo siguió su instrucción, sino que fue base para la generación de sus nietos. Si a tus hijos enseñases a guardar razón y consejo, a seguir la ley de Dios, si con el ejemplo muestras seguir a Cristo, y corrigieres sus deslices en la niñez y juventud, grato resultado obtendrás.
Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados. Castiga a tu hijo en tanto que hay esperanza (Hebreos 12:11; Proverbios 19:18)
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
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