Nuestro Dios es todopoderoso y omnisciente, y aun teniendo todo bajo su control, Él nos ha escogido para
que le ayudemos a cambiar el mundo, por medio de nuestras oraciones. Pablo nos exhorta a orar unos por otros y también por todos aquellos que nos gobiernan.
El mandato de Pablo de orar por los gobernantes es digno de admirarse, tomando en cuenta que para ese entonces el emperador romano Nerón, era un gobernante terriblemente cruel, que incluso acusó a los cristianos de ser los culpables del gran incendio que destruyó gran parte de la ciudad de Roma.
Cuando Pablo escribió esta carta la persecución era una amenaza creciente para los cristianos. Pero aun así el apóstol oraba por las autoridades porque sabía que quien pone y quita gobernantes es Dios, era su deber el orar por ellos, y hoy nos exhorta a que los hagamos nosotros.
Como creyentes debemos orar por aquellos que están en autoridad en el mundo para que la sociedad viva quieta y reposadamente y en ellas puedan difundirse las buenas nuevas del evangelio.
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
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