Al llamarnos a no tomar represalias, Jesús nos libra de tomar la justicia en nuestras manos. Al orar y amar a nuestros enemigos, en lugar de buscar represalias podemos vencer el mal con el bien.
En los tiempos en que Jesús anduvo sobre esta tierra, los fariseos interpretaban de una manera incorrecta ciertos pasajes de la Biblia, de modo que aseguraban que solo debía amarse a aquellos que también les amaban y odiar a los que fueran enemigos. Pero Jesús les dijo que debían amar a su prójimo y aun a sus enemigos. Si ama a sus enemigos y los trata bien, demuestra que Jesús es el Señor de su vida.
Amémonos unos a otros, olvidemos nuestras rencillas, nunca hagamos acepción de personas perdonemos a quien os ofendió, amemos a nuestro prójimo, con el mismo amor con que Cristo nos amó.
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
Templo Cristiano Eben-ezer
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