Tal vez uno de los errores grandes del ser humano es confiar mas en el dinero que en Dios. Si bien es cierto que el poseer alguna riqueza trae consigo un poco de tranquilidad como para asegurar el sustento o los gastos imprevistos, incluso alguno que otro gusto o capricho personal. No obstante la Escritura dice que las riquezas son inciertas y no solo la palabra de Dios lo dice sino que la experiencia de muchas personas lo abalan, gentes que en alguna ocasión gozaron de una buena estabilidad económica, un buen ingreso, un buen trabajo y de pronto, algún mal negocio los hizo irse a la quiebra, de alguna devaluación o incluso se despilfarró el dinero creyendo que nunca se iba a acabar.
La verdad es que aun para tener riquezas hace falta mucha sabiduría y mucha administración y sobre todo para los que creemos en Dios nos hace falta poner nuestra esperanza en Dios mismo y no en las riquezas. Cuando Dios es nuestra esperanza para todo lo que pasa en nuestras vidas y nos rendimos a Él y declaramos que Él es nuestro sustentador y le somos fieles cumpliendo con lo que Él demanda de nosotros y nuestros bienes, dice la palabra en el pasaje que leímos que Dios mismo nos da todas las cosas en abundancia y no solo ello, nos da para que las disfrutemos y es obvio que en esta vida las hemos de disfrutar.
Hagámonos un favor, que nuestra esperanza sea Dios y no las riquezas, que nuestra confianza esté en Dios y no en las riquezas, DIOS PROVEERÁ
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
Templo Cristiano Eben-ezer
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