Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer. Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS. Mat 1:24-25
En medio de todas las actividades navideñas, a menudo nos olvidamos de un hombre. No, no me refiero a la Persona cuyo cumpleaños estamos celebrando. Aunque a menudo fallamos en darle a Jesús el primer lugar que Él merece, generalmente no Le olvidamos. Me refiero a José, el hombre en quien Dios confió tanto que puso a Su Hijo en su hogar para que fuera cuidado y amado por él. ¡Qué responsabilidad!
Ciertamente, José es el hombre olvidado en la historia de la Navidad. Pero su tarea fue un componente importante en el increíble plan de Dios. Al leer la historia del nacimiento de Jesús, encontramos que José era justo, recto, misericordioso, protector y valiente. Pero, por encima de todo, era obediente. Cuando el ángel le dijo que tomara a María como su esposa, él obedeció (Mt. 1:24). Y cuando le dijo que huyera a Egipto con María y Jesús, así lo hizo (2:13-14).
Así como María fue cuidadosamente elegida para concebir al Hijo de Dios, José fue deliberadamente escogido para cuidar de su joven esposa y el niño Jesús. Y confiando en Dios, José continuó haciendo todo lo que Él le pidió que hiciera.
¿Qué está pidiendo Dios de ti hoy? ¿Estás dispuesto a comprometerte a hacer lo que sea que Él quiere que hagas?
En cuanto a la obediencia, mucho es lo que podemos aprender de José, el hombre olvidado de la Navidad.
Reflexión:
La prueba de nuestro amor por Dios es nuestra obediencia a los mandamientos de Dios.
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