Qué difícil tarea la de María y José, una mujer y hombre ordinarios para muchos, pero quizá lo que los hizo grandes ante los ojos del Altísimo fue su Fe y sencillez, humildad de corazón, al final de cuentas Dios vio en ellos que podrían llevar a cabo la encomienda del Señor y cumplirla. En el proceso ellos mismos también aprendieron, no sólo Jesucristo al ser "enseñado" por ellos; pues, si sabiendo de antemano que su hijo sería el salvador del mundo y que sería grande ante los hombres, que con él se cumplirían todas las profecías del Señor Todopoderoso, daría mucha incertidumbre cargar en sus brazos a aquel a quien ante un día te arrodillarás y rendirás cuenta; daría algo de temor sobre cómo educar o enseñar a aquel niño que un día crecerá, tomará sus propias decisiones y cumplirá su misión.
Desde pequeño, Jesús comenzó a demostrar esa comunicación con el Padre Celestial al decir: "En los negocios de mi Padre me es necesario estar" (Lucas 2:49) María y José eran padres inexpertos, así como todos lo son, pero añadido a eso, tenían un nivel de dificultad mayor, al tener a su cargo la educación y obediencia durante los primeros años y juventud de Jesús, EL SALVADOR, el que ya aún recién nacido, venían a adorarle, a postrarse delante de él. Si yo estuviera en su lugar, me daría temor "corregir" al Rey, al que ya aún de bebé era grande y poderoso, por eso pienso que fue un proceso tanto para Jesús como para María y José, que fue toda una paradoja, porque ellos muy probablemente, cada vez que crecía Jesús, se iban dando cuenta de Su identidad, pero su corazón fue humilde y sencillo para recibir la dirección de Dios y hacer lo que el Padre indicara y diera Su sabiduría. Un corazón dispuesto a obedecer las leyes de Dios es lo que Él necesita para usarnos y cumplir Sus propósitos en nuestra vida, sólo eso.
Desde pequeño, Jesús comenzó a demostrar esa comunicación con el Padre Celestial al decir: "En los negocios de mi Padre me es necesario estar" (Lucas 2:49) María y José eran padres inexpertos, así como todos lo son, pero añadido a eso, tenían un nivel de dificultad mayor, al tener a su cargo la educación y obediencia durante los primeros años y juventud de Jesús, EL SALVADOR, el que ya aún recién nacido, venían a adorarle, a postrarse delante de él. Si yo estuviera en su lugar, me daría temor "corregir" al Rey, al que ya aún de bebé era grande y poderoso, por eso pienso que fue un proceso tanto para Jesús como para María y José, que fue toda una paradoja, porque ellos muy probablemente, cada vez que crecía Jesús, se iban dando cuenta de Su identidad, pero su corazón fue humilde y sencillo para recibir la dirección de Dios y hacer lo que el Padre indicara y diera Su sabiduría. Un corazón dispuesto a obedecer las leyes de Dios es lo que Él necesita para usarnos y cumplir Sus propósitos en nuestra vida, sólo eso.
Saludos cordiales, bendiciones
Maná para Eben-ezer
Templo Cristiano Eben-ezer
ebenezertemplocristiano2009@gmail.com
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