Y cierto hombre de Listra estaba sentado, imposibilitado de los pies, cojo de nacimiento, que jamás había andado. Este oyó hablar a Pablo, el cual, fijando en él sus ojos, y viendo que tenía fe para ser sanado, dijo a gran voz: Levántate derecho sobre tus pies. Y él saltó, y anduvo. Hechos 14:8-10
Este hombre que era cojo de nacimiento era la imagen de la impotencia, nunca había caminado y nunca esperaba poder hacerlo ¿Le hemos dado gracias a Dios alguna vez por el uso de nuestros pies? Este mismo hombre oyó hablar a Pablo y aquella fe que viene por el oír brotó una fuerte esperanza en el alma de aquel minusválido.
El oye y cree que el Salvador resucitado puede sanarlo y se produce en él una fe tan grande que el apóstol Pablo iluminado por el Espíritu Santo percibe esa fe y le dice: Levántate derecho sobre tus pies. Al instante dio un salto y se puso a caminar.
Ante Dios la fe sigue moviendo montañas, no importa hasta donde te consideres imposibilitado. Recuerda bien que para Dios no hay nada imposible solo se necesita TENER FE y CREER que Jesús, el Hijo de Dios tiene autoridad sobre todas nuestras vidas y nuestros males y que para Él no hay nada imposible porque Él sigue siendo más grande que nuestros problemas.
Saludos cordiales, bendiciones
Arturo Gómez Garza
Pastor Eben-ezer
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