MUJERES HABLANDO DE CRISTO

Marta y María eran hermanas de Lázaro, aquel hombre que Dios había resucitado después de cuatro días. En Su palabra, vemos cómo el Señor Jesucristo los amaba mucho. Pero hay algo que me interesa sobre este pasaje, cuando Jesús llegó a Betania, lugar donde vivían éstos hermanos, Marta fue la única que al saber de su visita en la ciudad fue rápido a su encuentro; y María su hermana, se quedó en casa. Versículos antes nos menciona que ésta María, era la misma mujer que había derramado el perfume sobre los pies del Señor y lo había ungido, Dios la había honrado al hacer tan sublime acto y había alzado su cabeza delante de sus discípulos; pero ella no salió al encuentro de Jesús cuando llegaba a la ciudad, se quedó en casa. ¿Por qué no salió a recibir a Su Señor? ¿Por qué prefirió quedarse en casa, cuando lo más importante era ver al Maestro? Tal vez la inundaba una profunda tristeza sobre su hermano que había muerto, tal vez estaba un poco decepcionada de Dios y por eso no salió.

Pero Marta, que sí había salido, viene con un precioso mensaje para su hermana María que estaba sola, y le dice: “El Maestro está aquí y te llama” ella cuando lo oyó, se levantó de prisa y vino hacia Jesús y se postró llorando ante Sus pies, expresó que si él hubiera estado presente, su hermano Lázaro no habría muerto. Dios tenía planes para levantar la vida de María y recordarle la mujer que era antes y cómo le servía al Señor. Nuestro papel como hermanas y hermanos en Cristo, es recordarle y llevar ese mensaje a aquellas personas que se han visto detenidas en su vida espiritual por cualquier situación. Sólo necesitan hacerles saber que “el Maestro está aquí y nos llama” nos quiere ver, nos habla y conoce por nuestros nombres.

Es algo especial que Dios, el Alto y Sublime, esté interesado tanto en ti que mande a llamar a sus ángeles más desconocidos para volver al camino, para enderezar tus pasos, para levantarte y restaurarte. Dios está aquí, y nos está llamando a cada uno de nosotros, vayamos corriendo hacia Él. No tardemos más.

Saludos cordiales, bendiciones
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Arturo Gómez Garza
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