Solamente temed a Jehová y servidle de verdad con todo vuestro corazón, pues considerad cuán grandes cosas ha hecho por vosotros. 1ª Samuel 12:24
Cuando ponemos nuestra mirada en todo lo que Dios ha hecho por nosotros, nuestro servicio hacia Él fluye de manera natural pues procede de un corazón agradecido por todos los beneficios recibidos.
La realidad es que Dios no necesita que nosotros le sirvamos, Él es AUTOSUFICIENTE en todo lo que conlleva esa palabra, pues puede hacer absolutamente, todas las cosas por Sí Mismo.
El servicio que le entregamos a Dios es tan solo un granito de arena, pues la realidad es que Dios es Quién todo lo hace ya sea en nosotros y/o través de nosotros.
El propósito principal de nuestro servicio es que Dios sea el Centro, toda la atención debe ser para Él, toda la gloria, el reconocimiento y los logros obtenidos deben y serán para Él pues Dios es Quién promete que nos dará toda la fuerza necesaria para servirlo.
Démosle nuestro mejor servicio a Dios, démosle las primicias, es cierto que no todos tendrán algún Ministerio, pero con el simple hecho de hablarles a otros de lo que Cristo hizo y está haciendo en nosotros, ya le estamos sirviendo y Cristo será alabado. (1a. Pedro 4:11)
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